Se cumplen 134 años de la fundación de esta localidad balnearia caracterizada por sus extensas playas, multiplicidad de espacios públicos y actividades en contacto con la naturaleza, pese a ciertas cuestiones políticas, urbanas y económico - productivas que deben darle un salto de calidad aún mayor.
MIRAMAR (Corresponsal).- Este 20 de septiembre, se celebra el 134° aniversario de la ciudad de Miramar, fundada por Fortunato de la Plaza.
Durante la mañana, el municipio celebró en la plaza “Malvinas Argentinas”, un modesto acto para de alguna manera recordar una fecha importante en la vida cotidiana de todos los habitantes, los de siempre que vienen de generaciones y aquellos que con el correr de los años eligieron este destino del sudeste bonaerense para vivir y establecer sus familias, quizá, entre otras cosas, apostando a distintos proyectos personales, o simplemente escapando del ruido estresante de las grandes ciudades, en busca de una mayor tranquilidad, que sin dudas esta localidad ofrece.
Caracterizada por sus extensas playas – que deben mejorar su fisonomía a largo plazo sobre todo para contener la acción del mar -, multiplicidad de espacios públicos y actividades en contacto con la naturaleza, Miramar es siempre una atracción para grandes y chicos. Su ambiente familiar, así lo demuestra.
No obstante, hay ciertas cuestiones políticas, urbanas y económico – productivas que deben darle un salto de calidad aún mayor, sobre todo para crear mayores fuentes de trabajo e intentar retener la estampida de jóvenes que en casos no encuentra ese arraigo que debe buscarlo en otros lugares de Argentina o distintos países del mundo, situación potenciada por una realidad nacional compleja.
La accesibilidad es otro de los puntos a mejorar desde una visión más amplia y universal para que lógicamente quienes viven o llegan a disfrutar de este lugar no se sientan perjudicados con barreras arquitectónicas que a esta altura no deberían existir, o al menos estar reducidas de gran manera.
Hay algunos pasos que comenzaron a visibilizarse desde la gestión municipal sobre esta temática, aunque aún queda mucho camino por recorrer y la prestación de servicio privada también debe perfeccionarse en ese sentido.
Historia
Lo que se conoce actualmente como Miramar se lo identificó originalmente a un establecimiento de campo llamado “El Saboyardo”, el cual era propiedad de Fortunato de la Plaza. Justamente este hombre que terminaría siendo fundamental en el futuro de la localidad, tenía como cuñado a José María Dupuy, con gran conocimiento geográfico del sector de playas, además de ser un estudioso que seguía muy de cerca el crecimiento de Mar del Plata.
Ambos compartían el pensamiento de fundar un pueblo balneario en estas costas mientras transcurría el año 1887.
Arroyo “El Durazno”, por el año 1900. (Foto Museo Miramar).
Ese mismo año, el Ingeniero Rómulo Otamendi y el agrimensor Eugenio Moy, ayudados por el propio Dupuy, e inspirados en las normas urbanísticas de La Plata, realizaron los planos que dirigirían la creación de la anhelada villa balnearia.
Sólo algunos meses tardaron en comenzar las primeras edificaciones, y para 1890 Miramar ya contaba con una escuela, Juzgado de Paz, iglesia en construcción, un hotel y 860 habitantes. Lentamente, la incorporación de servicios la iría convirtiendo en un sitio turístico tal y como había sido previsto por sus fundadores.
El primer balneario surgió en 1905 y consistía en una casilla de madera que su propietario trasladaba diariamente desde las barrancas hasta la orilla del mar.
En 1911 se produjo una verdadera revolución con la llegada del ferrocarril, en donde un aluvión de visitantes invadió Miramar para consolidar a partir de ese momento la actividad turística.